jueves, 22 de abril de 2010

Quitumbe, un largo camino

La llegada de una “nueva cultura” significo para todas las regiones del pueblo Inka, el despojo de un sin numero de realidades, vivencias que han dejando solo el ímplate de lo que ellos consideran bueno para la humanidad.

Quitumbe… deducido como el Camino de los Dioses, es solo una parte de la vida. Rescatada a través de 500 años, aunque nuestra sociedad se niegue a ver, es una verdad existente y palpable a lo largo de lo que hoy es la nueva ciudad de Quito.
El camino que se extiende a lo largo de todo el territorio incaico. Muestras a través de monolitos, ubicados en los distintos espacios sagrados, la visión y energía de lo que fue- en un entones- el pueblo incaico.

Un camino lleno de energía que acompañada por el Ser del sol y la luna, gesta lo que aun queda del pueblo como tal.

Nos han despojado de nuestra verdad, poniendo en su lugar figuras e imágenes sin sentido, construcciones que dejan de lado el alma del mundo. Es difícil reconocer solo de supuestos, pero muy fácil constatar en nuestra energía vital.

Metrópolis, pensando en la era de las máquinas



Por Fritz Lang

Al parecer las máquinas, serán la nueva especie social.

La imagen como espejo de nuestra realidad, es la voz débil que -inútilmente- intenta prevenir al ser humano, para evitar su propia destrucción.

Todo el eminente desarrollo alcanzado por la humanidad, ha dejado de lado la realidad del individuo. Haciendo de este un objeto, sujeto a órdenes y cambios, a los cuales no se puede negar. Significando para el mundo, el pago por todo aquello que considera mejor y necesario, sin detenerse a pensar o mirar-siquiera- el retroceso que sufre el mundo entero.

Un cuento, que relatado en una película: nos muestra la verdad sobre la actual condición. Se transforma en el espejo de lo que al parecer queremos y buscamos. Sin entender o alcanzar a palpara este espejismo denominado “desarrollo”= “bienestar”. Las sociedades que por años, han intentado encontrar el clímax de un verdadero desarrollo, de una verdadera sociedad, se ha visto obligada a no reconocer la necesidad urgente que significa mantener vivo el aire que se respira y la tierra que nos rodea. Cambiando agua, tierra y viento por ladrillos fieros y cemento.

La voz silencia de una imagen, expuesta, se convierte en el grito silencioso de lo que todos quieren ver pero nadie escuchar. Si escuchásemos la voz de la imagen, de segura escucharíamos “el grito desesperado” de una sociedad que muere poco a poco.


Taki Onqoy, Mito Andino

Coreógrafo
Paco Salvador



Las comunidades de América Latina, al manejar un visión distinta sobre el mundo y basar su realidad y cotidianidad por medio del agradecimiento a la tierra, crea conceptos y verdades desde una postura distinta a la del mundo occidental.
En este caso, al hablar sobre la mitología andina, podemos referirnos a lo existente, palpable a nuestras manos y real a nuestros ojos. El sol, el agua, el aire, el fuego y la tierra… todos estos como gestores de vida y precursores de realidad.

Para la nueva sociedad, mirar estos elementos como Dioses o creadores, es muy incomprensible; por ello, es necesario entender e intentar adentrarse en la ideología de las comunidades y conocer mucho mas afondo su estructura como parte del nexo que une las distintas manifestaciones del pensar andino.

El pasado, el presente y el futuro, son los elementos de vida que adhiere su cotidianidad para la vida en armonía, y en este representado el “ceremonial” Taki Onqoy, que corresponde a la tierra y el Tawantinsuyo como parte de la formación urbana que construye el discurso Inka.


Ágora, lucha y muerte por el conocimiento


Ágora

Por Alejandro Amenábar

¿Ciencia o religión?
Determinar cual es la necesaria y la verdadera es el dilema y con este la disputa de quien atenta el poder y el control mundo. ¿Es este el nuevo reto de la sociedad? Extrañamente, aun no logramos entender cual de estas postura es la principal, pero sí es seguro, que las dos en conjunto, han sostenido estable la idea del nuestra realidad terrenal.

Durante los inicios de la etapa civilizatoria, el deseo por el conocimiento sobre la verdad del mundo fue la prioridad; razón por la que se dio a la investigación sobre el cosmos y la naturaleza, la tarea de dilucidar la “verdad” del origen y el ¿Por qué? de las cosas. Para así, intentar explicar la realidad -casi- incomprensible de todo aquello que forma el mundo. Pero, la puesta en escena de seres superiores para intentar justificar la existencia misma de las cosas, ha sido una causa para emprender la lucha ideológica, por intentar demostrar la supuesta superioridad de las tendencias.
Cual de las dos es la mas acertada o verdadera, no lo sabemos y quizás no lo sepamos jamás, por lo que solo nos queda entender que las dos nos ayudan a vivir en “armonía”-aunque hipotéticamente- con lo que todavía no nos mata.
Es inútil intentar pensar al conocimiento como regla, así como también es inútil entender la religión como ley. Por ello, el conocimiento es y será necesario para contrarrestar la dura verdad de una sociedad creada en base a imaginarios destructores.

Hipatia como imagen representativa de lo que un día fue. Es el intento por llevar acabo la misión de la humanidad. Nos muestra la dureza del mundo y lo que casi nadie pude hacer por un ideal. Vemos cosas y nos convencemos, pensamos en algo y dudamos. Irónica la forma de mirar el mundo.