jueves, 22 de abril de 2010

Metrópolis, pensando en la era de las máquinas



Por Fritz Lang

Al parecer las máquinas, serán la nueva especie social.

La imagen como espejo de nuestra realidad, es la voz débil que -inútilmente- intenta prevenir al ser humano, para evitar su propia destrucción.

Todo el eminente desarrollo alcanzado por la humanidad, ha dejado de lado la realidad del individuo. Haciendo de este un objeto, sujeto a órdenes y cambios, a los cuales no se puede negar. Significando para el mundo, el pago por todo aquello que considera mejor y necesario, sin detenerse a pensar o mirar-siquiera- el retroceso que sufre el mundo entero.

Un cuento, que relatado en una película: nos muestra la verdad sobre la actual condición. Se transforma en el espejo de lo que al parecer queremos y buscamos. Sin entender o alcanzar a palpara este espejismo denominado “desarrollo”= “bienestar”. Las sociedades que por años, han intentado encontrar el clímax de un verdadero desarrollo, de una verdadera sociedad, se ha visto obligada a no reconocer la necesidad urgente que significa mantener vivo el aire que se respira y la tierra que nos rodea. Cambiando agua, tierra y viento por ladrillos fieros y cemento.

La voz silencia de una imagen, expuesta, se convierte en el grito silencioso de lo que todos quieren ver pero nadie escuchar. Si escuchásemos la voz de la imagen, de segura escucharíamos “el grito desesperado” de una sociedad que muere poco a poco.


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