(Aquí Dalí emplea su método paranoico-crítico para hacer aparecer a unos elefantes de la reflexión en el agua de unos cisnes)
Es frustrante saber que miramos la realidad con ojos apacibles, y más aun, cuando vivimos en ella muy relajadamente intentando perpetuarnos en la misma.
Podemos apreciar los ángulos en los cuales el sistema se sitúa y las estrategias que usa para erigirse como tal. Siendo así que, al comparar un cisne con el sistema y su gran capacidad de engloba miento, movilidad, poderío e innecesaridad con un elefante, distinguimos nuestro espacio, dejando en claro que somos el sitio debajo de él; un suelo con los protagonistas de la realidad que vendría ha ser el piso de este majestuoso animal…
La sutil posesión del bello cisne sobre este mundo, gracias a su simpatía, nos va acabando poco a poco y con él, al planeta. Instaurándose como adorno. Aplastando su cordialidad y hermosura engrandecida por el peso y la presencia de un elegante al que una mayoría teme desafear.
Tal vez, el temor de no ser nada y el temor a la exclusión por la falta de capital, es lo que nos ha llevado a la destrucción de nosotros mismos. Por ello, expresar la idea de nuestra realidad y condición en la que vivimos como parte de esta sociedad, se vuelve casi inútil. Deberíamos tomar en cuenta nuestra vida en esta realidad. Antes de seguir engalanado y soportando la arrogancia pacifica de un mal capital disfrazado tras la gracia de un animal; sincero, bello e inocente.
Es frustrante saber que miramos la realidad con ojos apacibles, y más aun, cuando vivimos en ella muy relajadamente intentando perpetuarnos en la misma.
Podemos apreciar los ángulos en los cuales el sistema se sitúa y las estrategias que usa para erigirse como tal. Siendo así que, al comparar un cisne con el sistema y su gran capacidad de engloba miento, movilidad, poderío e innecesaridad con un elefante, distinguimos nuestro espacio, dejando en claro que somos el sitio debajo de él; un suelo con los protagonistas de la realidad que vendría ha ser el piso de este majestuoso animal…
La sutil posesión del bello cisne sobre este mundo, gracias a su simpatía, nos va acabando poco a poco y con él, al planeta. Instaurándose como adorno. Aplastando su cordialidad y hermosura engrandecida por el peso y la presencia de un elegante al que una mayoría teme desafear.
Tal vez, el temor de no ser nada y el temor a la exclusión por la falta de capital, es lo que nos ha llevado a la destrucción de nosotros mismos. Por ello, expresar la idea de nuestra realidad y condición en la que vivimos como parte de esta sociedad, se vuelve casi inútil. Deberíamos tomar en cuenta nuestra vida en esta realidad. Antes de seguir engalanado y soportando la arrogancia pacifica de un mal capital disfrazado tras la gracia de un animal; sincero, bello e inocente.
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